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Llevaba muchos meses besando cada vez menos…

Ayer decidimos jugar a los besos, e hipotetizamos que un millón de besos al día eran los ideales para vivir con alegría.

No creo que alcanzáramos esa cifra de de lejos, jeje, pero nos dimos tantos, que sí, que besar activa el parasimpático, y con este la alegría, la confianza, la ternura…

Y así llegaron las caricias largas, el cuerpo relajado y abierto. Las miradas juguetonas y cómplices. La sensación de un baño de amor y alegría.

Que buen domingo ayer. Gracias por jugar conmigo a los besos.

Mima Díaz

Oasis; agua-fuego