Seleccionar página

En esta segunda entrada al blog, contaré de mis otros yo, mis otras caras.

Estudié matemáticas por lo mismo que más adelante estudié Reiki, geometría sagrada… por lo mismo que ahora estudio astrología; por los misterios, por la magia, los juegos y laberintos.

Las matemáticas recogen misterios que ya han comenzado a desvelarse, que ya hemos comenzado a desvelar, que ya hemos comenzado a atisbar, “demostrar”, racionalizar… Con lo que son un poco menos misterio, más tangibles. El resto queda en otras áreas, con otros nombres…

He pasado años jugando con los números primos y la flor de la vida, buscando en su magia la magia de la vida, el secreto de la existencia… Pero esta parte de mi mundo está tan adentro, que es casi imposible de mostrar con coherencia.

Mostrar… mostrarme… mi gran deuda…

El ir y venir de lo simbólico a lo concreto, de lo demostrado a lo indemostrable, me ha forjado esta personalidad a caballo entre la cordura y la locura, lo terrenal y lo intangible, que va forjando un campo inagotable de creatividad y de formas que rodean mi existencia, mi cuerpo, mi energía, que no facilita el contacto conmigo, el acercamiento, aunque tampoco lo evitan, pero crea mundos invisibles a mi alrededor que no siempre se tiene de impulso de co-habitar.

Que etiqueta me pondría la psicología, ¿dislepsia? Seguro. Y un toque de autismo o cualquiera de estos nombres que se refieren a una diferente manera de relacionarse. Sin embargo, aunque el vientre luminoso y creativo de mi cueva es incomparable, me gustan las personas, me gusta compartir juegos y risas, sabiduría y conocimientos, caminos y evolución. Me gusta creer, sentir, pensar, que mis manos hacen su parte, que pueden ayudar. La mayoría de las veces es con la presencia de otro que se activa la conexión vertical, dejando palabras, imágenes, sanación y conocimientos que alumbran nuestros caminos.

Aunque parezco, y soy, despistada, soñadora, que ando colgada de mis mundos y retirada en mi interior, se mirar. Se ver lo que ocurre a mi alrededor. Continuamente me muestra tanta información que a menudo tengo que evadirme… Más, se mirar y ver… Y se estar…

Así que, ofrezco mis manos que curan, y mi visión que mira y ve. Mi mente concreta capa de sintetizar lo observado y compartirlo.

Mima Díaz

Oasis; agua-fuego